viernes, 29 de enero de 2010

Gritos y conectores

El tren "intercity”, es un poco más rápido que el inter regio, porque para en menos ciudades. Además de ser más rápido, es más cheto y tiene dos pisos. Estoy sentada en el piso de arriba, tratando de explicarme por qué los nenes usan tantos conectores “y” en sus textos (algo que está tan pero tan estudiado que es un embole).
Y mientras cuento las “y” que aparecen, empiezo a escuchar la voz de una mujer que fuerte, en el piso de abajo, dice: “PARA”. Que alguien grite enojado no es muy común en un tren suizo, vamos, que no es común que grite un suizo… ni una suiza, para ser precisos, porque la que gritó era una mujer. Cuando unos minutos más tarde el grito se reitera yo ya me emociono. Los conectores “Y” me importan un pito, y la verdad es que me encantaría saber qué pasa allá abajo.

Los gritos aumentan: “PARA, no es forma de comportarse en un tren, PARA, PARAAAAA” Todo esto en francés con un “arrete” que alarga las ERRE muchísimo, tanto que hasta me gusta, aunque sea un grito.
Ahora una voz le contesta, no sé qué, porque mi francés no es muy bueno. Sé que es un hombre, pero no es una discusión de pareja. Parece más bien la pelea entre una mujer que ha perdido la paciencia con su padre anciano, o la de una mujer que intenta controlar a un hijo loco, o la de una mujer grande con su marido medio viejo, gagá… que ha comenzado por perder el sentido de la moralidad (resulta que eso es una enfermedad neurológica que puede venir con los años, se ha reportado el caso de viejitas que a los 70 empiezan a morir de calor amoroso, qué envidia).
ME imagino al marido viejito levantándole la pollera a su señora: PARA, PARA…
O al hijo loco tirándose al suelo: “PARA PARA”
O al padre anciano queriendo abrazar a un vecino del vagón: “PARA, PARA”.
Al final, no sé qué pasará allá abajo, a los conectores ya no los cuento, porque la mujer grita tanto y tan fuerte que la que tendría que parar es ella. Al final, parece que hay otra persona que tiene dificultad para contar conectores, porque escucho que en voz más baja algo le dicen, y la mujer de los gritos dice “Excuse Moi”… Dos minutos más tarde se anuncia la parada en Friburgo. La mujer ha cambiado su estribillo por otro que dice “ACÁ, ACÁ”, supongo que le señala donde bajarse al pobre hijo loco/marido gagá/padre anciano.
Deseo con todas mis fuerzas que no se bajen, para tener la posibilidad de cruzarlos más tarde en la parada de Berna… Pero no tengo suerte, y las restricciones suizas para meterse en la vida de los otros empiezan a influir mi conducta latina. Lástima. Por fin, el “para para” parece haber dado resultados.
Y yo me quedo en silencio, con mis conectores, sin poderle poner jamás cara a los hermosos “Arrete”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario